No se cómo os veréis vosotros, pero yo os encuentro más bien
morados. Una ciudad que te absorbe como Madrid y un paseo sin rumbo fijo por el
centro son los ingredientes perfectos para una pequeña enajenación mental en la
que somos capaces de volar más allá. Aunque aquí predomina el amarillo, cuando
te acercas más a una de esa personas te das cuenta de que ése es sólo el
aspecto global de la masa, y descubres que, pese a que muchos de ellos son
morados o azules, hay personas rojas, verdes e incluso naranjas y marrones, y
de ahí la necesidad de que sea en el centro donde tengan lugar vuestras
ensoñaciones y desvaríos oníricos, porque allí es dónde esto tendrá un efecto
más profundo. No se que pensareis vosotros, pero apestáis a morado, y echo de
menos el verde.
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